1. HISTORIA DE UN VÍNCULO
El feminismo postula que hombres y mujeres deben
tener los mismos derechos, siendo una ideología heterogénea que exige ser
conocida y comprendida desde sus distintas expresiones. En el mundo occidental,
tres han sido los momentos, también denominados “olas”, que han marcado el
devenir histórico del pensamiento feminista, articulándose así un proceso de
continuos cambios teóricos, políticos y éticos.
La primera ola tiene su origen en el Renacimiento, cuando
unas pocas mujeres comienzan a hacer escuchar su voz para reclamar por su
desigualdad en relación a los varones. Alcanza su esplendor a mediados del siglo
XIX tras las revoluciones liberales, exigiendo diversos derechos para las
mujeres: acceso a la ciudadanía, a la educación y a la participación política.
La segunda ola asume la lucha por la liberación de
la mujer desde la perspectiva del marxismo y el socialismo. Postula que el
patriarcado es consustancial al capitalismo, asumiéndose que ambos sistemas son
opresivos por lo que deben ser combatidos y derrotados a la par.
La tercera ola llamada también culturalista,
supera las nociones políticas y económicas de las olas precedentes, otorgándole
el protagonismo de la causa feminista a la cultura. Propone que son los aspectos
culturales los que determinan los roles de género. Acoge la ideología de
género, cuestionando el biologismo del sexo y afirmando que el mismo es más
bien construcción cultural.
El aborto es, simplificando, la interrupción
definitiva del embarazo. Sus antecedentes datan de la Antigüedad, pues se ha hallado ciertos papiros que datan del año 1500 a.C. que sugieren recetas para
detener el embarazo en el Antiguo Egipto. Mucho después, la moral judeocristiana
imperante en Occidente consideró inaceptable toda práctica abortista, idea que
prevalece hasta la fecha. Sin embargo, la cada vez mayor autonomía de las
mujeres hace que muchos sectores de la sociedad promuevan actualmente que el
aborto debe ser libre y sin condiciones.
Feminismo y aborto. El derecho al aborto se ha
constituido en bandera de lucha del feminismo contemporáneo. Para comprender el
vínculo, al parecer inexorable, entre feminismo y aborto, cabe citar a Beatriz
Gimeno, activista española quien afirma que el del aborto “es el más importante
de los derechos reproductivos y uno de los más importantes de todos los
derechos para las mujeres. El aborto es la piedra angular de muchos otros derechos,
y si éste se pone en cuestión o no es reconocido, lo que está en juego es el
derecho de todas las mujeres a ser dueñas de sí mismas, de sus cuerpos. En
definitiva, a ser libres”. (Gimeno, 2018).
En consecuencia, el aborto es asumido como
santo y seña de la causa feminista porque cuestiona y pone en duda el rol
reproductivo al que las mujeres estuvieron atadas. En tal sentido, abortar
posee una enorme carga política e ideológica al desafiar abiertamente el
sistema jurídico y moral del patriarcalismo.
Comentarios
Publicar un comentario